viernes, 5 de octubre de 2007

SIN DISCRIMINACIÓN DE GÉNERO INVESTIGADORAS SOCIALES: TRAFFANO




La cita es pactada a las dos de la tarde. No es la mejor hora para tres estudiantes que trabajan en lugares y actividades distintas, pero sí es una hora adecuada para una mujer que nos regala media hora del tiempo que dedica a la investigación. Lugar, el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), ella, la doctora en antropología social Daniela Traffano, una mujer que despierta nuestra inquietud, el tema la discriminación de género en la investigación.

Llegamos a la oficina al norte de la ciudad, sentimos tranquilidad al entrar, atravesamos varios pasillos angostos, repletos de carteles anunciando actividades culturales y académicas.

Al llegar a su oficina, nos recibe con una sonrisa, procedemos a presentarnos, Edith, Mónica y Dulce de la Universidad Mesoamericana. Comentamos de manera formal cuál es el motivo de la visita. Ella sonríe en señal de aprobación.

En 10 minutos empezamos a romper el hielo, y conversamos de distintas temáticas, para centrarnos en la discriminación de género en la investigación.

En el siglo XXI las mujeres fueron relegadas en el ámbito científico y tecnológico, no tenían las mismas oportunidades que los hombres. Existían ramas y disciplinas que eran destinadas para los varones, por lo que a las mujeres les costó más trabajo acceder a puestos de responsabilidad y de poder.

Hay que recordar que las mujeres han sido discriminadas en diversos aspectos de la vida, desde el acceso a la educación, el ámbito laboral y la jerarquía en la vida familiar, entre otros, hay que tomar en cuenta que nuestra entrevistada es extranjera, italiana para ser exactos por lo que sus respuestas estarán enmarcadas en una infancia y adolescencia transcurridas en Europa.

Para Daniela Traffano en la investigación no existe discriminación de género, “los proyectos que se proponen para financiamiento son escogidos con criterios estrictamente académicos, o al menos hasta el momento no me tocado esa amarga experiencia, de ser discriminada por ser mujer”, sin embargo, eso no quiere decir que para todas las investigadoras existan las mismas oportunidades, reconoció.

Desafortunadamente en México a los extranjeros se les da un trato preferencial, se tiene la idea que las propuestas que vienen de fuera del país pueden dar soluciones a nuestros problemas.

Nos sorprendió su forma tan relajada de iniciar este primer encuentro, desde la forma en que se sentó, con un pie sobre la silla, hasta su apariencia física sin maquillaje, ropa típica y zapatos bajos, atribuimos esto a su formación y la percepción que tiene de las cosas superficiales.

La discriminación consiste en negar a una persona las mismas oportunidades y derechos que los demás poseen, para hacer o disfrutar una cosa, esto pasa en una forma tan natural que los seres humanos pensamos que es normal.

A pesar de que Daniela Traffano considera que no hay discriminación de género, en el transcurso de la plática le solicitamos que nos enseñara algunas fotos y reconocimientos obtenidos a lo largo de su carrera, a lo que ella respondió “a mí nadie me reconoce nada”, ¿qué quiso decir con esta afirmación? ¿Acaso piensa que su trabajo no es reconocido en comparación con el de sus compañeros investigadores?

Y es que al igual que Daniela Traffano, en todo el territorio nacional existen veintiún mil 789 investigadores, de los cuales más del cincuenta por ciento son mujeres, pero sólo tres mil 268 generan conocimientos en los tres principales centros de estudios del país. El personal femenino dedicado a la investigación en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) es de 327, mientras que en el Instituto Politécnico Nacional (IPN) es menor a 305; la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) es la institución académica con mayor participación femenina en el campo de la investigación, con 348 mujeres.

Actualmente persisten espacios poco abordados por las mujeres, como lo son; ciertos campos temáticos, algunas redes o asociaciones de pertenencia, algunos espacios editoriales y posesión de puestos jerárquicamente altos en las instituciones educativas y en organismos y políticas para el desarrollo de la actividad científica en México. Se destacan como determinantes de la deserción o dificultades para obtener estos logros académicos, dos factores: los prejuicios y la maternidad.

La investigadora social del CIESAS, nos comentó que ella no es discriminada y cree que recibe un sueldo suficiente para vivir decorosamente, por su condición de soltera. Manifiesta que no puede generalizar porque algunas de sus compañeras probablemente tengan problemas al irse a trabajar a campo y dejar a sus hijos. Además que tener una familia numerosa requiere un ingreso mayor.

Como consecuencia de la discriminación hacia el género femenino se ha eliminado durante siglos la posibilidad de aprovechar al 100 por ciento la inteligencia de los países, señalan algunos libros especializados en el tema.
Traffano sonríe nerviosa, creemos que no puede dar más explicaciones porque trabaja para una institución que recibe financiamiento del gobierno federal, no quiere dar respuestas que la puedan comprometer, ella es una investigadora italiana que ha sido bien recibida en el ámbito de la investigación en México.

Después de abordar este tema y otros más decidimos definir hora y fecha de nuestra próxima visita, ya pactada la cita, nos despedimos, nos damos la mano y empezamos a salir.
Nos despide, salimos y tenemos plática para rato. Comentamos qué nos pareció, que se parece a Mónica, podría ser su mamá, o su tía. Risas. En realidad estamos satisfechas, una persona que se ha dedicado a la investigación tiene gran apertura con los estudiantes.


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